Celebración de Luna Llena de la Plantación del Maíz
- eirealdahir
- 19 may 2019
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El pasado 18 de mayo tuve la oportunidad de participar en una bella celebración de luna llena, auspiciada por la Hermandad de la Diosa Blanca.
En esta Luna Llena se celebró la Plantación del Maíz, dedicando dicha celebración al Dios Centéotl.
Esta ceremonia fue muy especial, ya que nos permitió recordar lo mucho que le debemos a la tierra, así como reflexionar sobre el compromiso que debemos asumir en el cuidado de nuestro planeta.
No debemos olvidar que apenas toda la semana pasada tuvimos niveles de contingencia ambiental críticos en la CDMX y que de no ser por Tláloc tal vez hubieramos tardado mucho para poder ver nuestro cielo un poco limpio (al menos lo usual que estamos acostumbrados a ver en la capital).

Todo esto me llevó a reflexionar sobre lo mal que estamos haciendo en el cuidado de nuestra tierra, y en el hecho de que la ciencia aun no logra localizar un segundo planeta habitable por los seres humanos, por lo que, al menos al día de hoy, este es nuestro único hogar... reflexione en el reclamo que nuestra madre tierra nos esta realizando a sus hijos por no cuidarla y respetarla, después de tantas bendiciones que nos prodiga.

Ello me llevó a refrendar mi deseo de dar a conocer los bienes y dones de nuestra madre tierra, para que sepamos agradecer y corresponder a ellos, si es que deseamos seguir disfruntadolos. Estoy convencido de que la humanidad no esta peleada con la naturaleza, solo hemos olvidado lo mucho que dependemos de ella.
CENTÉOTL

Centéotl era conocido por ser el dios del maíz, el patrón de la ebriedad y la bebida en todos los rituales de la cultura mexica, asimismo, fue uno de los dioses toltecas considerado como un dios dual, esto es debido a que poseía dos sexos, el masculino y el femenino.
A causa de esto, su nombre masculino era Centéotl y Centeotltecuhtli (tecuhtli, “señor”) y su nombre femenino fue Chicomecóatl y Centeotlcíhuatl (cíhuatl, “mujer”). Además, la historia relata que este es hijo de Piltzintecuhtli y Tlazoltéotl, tras su nacimiento se refugió debajo de la tierra convirtiéndose así en diversos sustentos, uno de ellos es el maíz con el que se le asocia mayormente.
Se dice que Centéotl, se es esconde debajo de la tierra y es por esto, que varias partes de su cuerpo provienen de la misma, dejándole así los siguientes rasgos físicos:
Cabello de algodón.
Naríz en chia.
Dedos de camotes.
Uñas en un maíz alargado.
Ojos en diferentes semillas.
Asimismo, otros cultivos emergieron de su cuerpo, gracias a esta riqueza que le entregó el mundo, era amado por las personas y desde ese momento fue llamado Tlazohpilli, el cual se refiere a dios amado.

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